Sin embargo, si no lo imaginan, paso a describir el segundo punto que es el trauma auditivo, ese que genera la onda sonora fuerte y cerca del animal, esa onda que penetra a través del canal auditivo para llegar a la membrana timpánica y romperla o no, pues también puede romper la cadena de huesecillos del oído medio, los llamados martillo, yunque y martillo, los encargados de continuar la transmisión de la onda sonora hacia los nervios y de ahí al cerebro. 

 Si alguna de estas estructuras u órganos se rompen, generará hipoacusia en diferentes niveles, siendo el más alto, la sordera. 

 Y el tercer punto que debo mencionar, es el estrés sónico. Se trata de un mensaje que manda el cerebro titulado “corre de ahí”, entra la onda sonora, genera molestia o dolor y el cerebro, específicamente el hipotálamo, reacciona enviando un mensaje de alarma a la glándula suprarrenal para que se liberen diferentes hormonas que preparan al animal para la huida, las principales hormonas son: la adrenalina, que se encarga de elevar los niveles de glucosa en sangre (combustible para la huida) y el cortisol: encargado de aumentar la frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y la presión arterial. ¿Se imaginan estos cambios cada 15 minutos durante todo el día?, si el organismo no lo soporta, generará daño cardiaco, accidente cerebro vascular, colapso, convulsión, coma y la muerte.